El Seminario Menor “Sto. Tomás de Villanueva” ha celebrado, este domingo 5 de octubre, el acto central con motivo del centenario de esta institución diocesana, una celebración eucarística de acción de gracias por los 100 años de vida. Los actos daban comienzo a las 6 de la tarde desde la plaza de san Andrés de la ciudad de Toledo, con una solemne procesión, hacia el Templo Primado, con varias imágenes: “la de Jesús Adolescente, venerada por tantas generaciones de seminaristas, y Santo Tomás de Villanueva, sufragada por los sacerdotes de las archidiócesis, junto con las reliquias del Beato José Sala Picó, primer rector del seminario”. Así lo subraya el rector del Seminario Menor, D. Ignacio de la Cal, quien recalca, igualmente, que se trató de “un acto del todo singular, ya que fue la primera vez que procesionaban fuera del seminario tanto ambas imágenes como las reliquias del Beato”.
El itinerario procesional fue acompañado por la banda de tambores de la Hermandad de la Virgen del Rocío y la banda de música “Ciudad de Toledo” y contó con la presencia de 150 sacerdotes, junto con los 47 seminaristas menores que este curso realizan sus estudios en el Seminario Menor, todos ellos acompañados de sus familias. Alrededor de 1.500 personas se unieron a este evento singular de la vida diocesana.
Alrededor de las 19h daba comienzo, en la Seo toledana, la solemne Misa de acción de gracias, presidida por el Arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro Chaves, y que contó con la participación de dos obispos, antiguos alumnos del Seminario Menor: el obispo emérito de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, y el obispo emérito de Albacete, Mons. Ángel Fernández.
“Una de las instituciones más importantes que tiene la Iglesia y la sociedad”
Mons. Cerro en su homilía insistía en la acción de gracias por la existencia del Seminario Menor, “semillero de vocaciones, de santidad, de vida cristiana”. De igual manera recordaba la necesidad de estar agradecidos por “una de las instituciones más importantes que tiene la Iglesia y la sociedad”.
El prelado indicaba que la institución diocesana “ha sido un semillero de vocaciones a la santidad y al martirio“, haciendo memoria de los mártires durante la persecución religiosa del siglo XX e indicando la presencia de las reliquias del primer rector del Seminario Menor, el beato José Sala, mártir de Cristo, quien “vivió el significado de ser pastores con el Corazón de Cristo”.
Don Francisco, igualmente, abundaba en la realidad del “semillero de pastores que han vivido con los sentimientos del Corazón de Cristo, como santo Tomás de Villanueva o el beato José Sala, de la Hermandad de Operarios Diocesanos (…) y tantos y tantos que han vivido verdaderamente como pastores entregados”.
“Nuestro Seminario Menor ha sido semillero de pastores que verdaderamente han sido misioneros de pastores, como muchos de los que están aquí” ha abundado Mons. Cerro. Concluía su homilía con una llamada a la fidelidad: “No olvidéis que nuestro sí sostiene muchos síes (…) Cada uno de nosotros, con nuestra entrega y nuestra generosidad podemos ayudar a que otros vivan la vida por Cristo”.
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