Mes Misionero Extraordinario

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El Mes Misionero Extraordinario ha comenzado en la Archidiócesis con una Vigilia de Oración

La Archidiócesis acogía, en la tarde de ayer, 1 de octubre, la apertura del Mes Misionero Extraordinario. El lugar que acogió la solemne vigilia, presidida por el Arzobispo de Toledo, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, fue la capilla del Colegio de las Madres Agustinas de la ciudad de Talavera de la Reina.

Se trató de una vigilia misionera en la que, junto al Arzobispo de Toledo, se encontraban el Vicario Episcopal de Talavera, Felipe García Díaz – Guerra, el Vicario Episcopal del Clero, Álvaro García Paniagua, y el Director Diocesano de Obras Misionales Pontificias, Jesús López Muñoz. Además de sacerdotes, las Madres Agustinas, miembros del Consejo Diocesano de Misiones, el arcipreste de Talavera, Damián Ramírez Gómez, y un numeroso grupo de fieles que han querido unir sus oraciones para rezar por la vida misionera de la Iglesia.

 

 

La Archidiócesis secunda la petición del Papa Francisco

La celebración de este acto religioso ha coincidido con las vigilias de oración que se han repetido por todo el mundo, dando comienzo en el Vaticano, presidida por el Papa Francisco, y que en España ha sido celebrada por todos los obispos en sus respectivas diócesis.

De este modo, desde la Archidiócesis de Toledo se han querido sumar a una llamada desde las Obras Misionales Pontificias para comenzar el Mes Misionero Extraordinario, asumiendo la invitación del Papa Francisco que quiere despertar la conciencia de la misión ad gentes y retomar con nuevo impulso la responsabilidad de proclamar el Evangelio de todos. El Mes Misionero Extraordinario de Octubre de 2019 es el inicio de una aventura de fe, de oración, de reflexión y de caridad, como se ha indicado durante la vigilia de oración, que debe culminar “en un renovado compromiso con la misión ad gentes, como motor y paradigma de toda la vida y misión de la Iglesia”.

 

“Lo digo de corazón, este mes es muy importante”.

El Arzobispo de Toledo, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, ha querido destacar la importancia del Mes Misionero Extraordinario, como una oportunidad para hacer de la Iglesia Diocesana una Iglesia más misionera. Ha enfatizado sobre esta cuestión señalando, desde el corazón, “que este mes es muy importante, es importante volver a ver lo que verdaderamente significa la misión que Dios nos ha dado, la misión que el Señor quiere de nosotros”.

Reconoce D. Braulio que “mientras que no salgamos de nosotros mismos no somos felices”, poniendo el ejemplo del trabajo y la entrega de los misioneros españoles, particularmente los 132 que de la Archidiócesis de Toledo están repartidos por todo el mundo anunciando el Evangelio.

El Arzobispo toledano reconocía que le hacía “ilusión comenzar el Mes Misionero Extraordinario, convocado por el Papa Francisco, en Talavera de la Reina, en la casa de las Madres Agustinas, un lugar de oración, de recogimiento, de formación, pero además teniendo de cerca la realidad misionera de nuestra diócesis”. Añadía que pretendía que sus palabras fueran “una exhortación muy grande para que tengamos claro lo que somos como cristianos”, porque el seguimiento a Jesús supone “hacer el mismo itinerario que Él, porque somos seguidores de Jesús para vivir su reino aquí y anunciarlo y esto no está en el pueblo cristiano”.

 

 

Vivir el encuentro con Cristo y anunciar este encuentro

En relación con la animación misionera recuerda el prelado que “no nos podemos limitar solo a las campañas misioneras, sino que siempre, cada uno de nosotros tenemos que saberlo, que si apreciamos lo que es ser cristiano, tenemos que anunciarlo siempre”, enfatizando que “no somos verdaderamente cristianos si no vivimos el encuentro con Cristo y luego lo anunciamos”.

Don Braulio añadía que “cómo podemos tener la riqueza de Jesús y no anunciar, pero cómo es posible pensar que tener a Jesús es solo una cosa de tipo espiritual y no reconocer que cambia la vida”. De igual manera señalaba que “cuando vivimos el encuentro con Cristo comenzamos a vivir la fraternidad, empieza a haber misión, el cristianismo que se propone, para no poder estar cruzados de brazos”.

Pedía a los cristianos toledanos que anuncien a Jesucristo, que no se lo guarden sino que, aprovechando el Mes Misionero Extraordinario, sean capaces de poner a la Archidiócesis de Toledo en estado permanente de misión, porque “esta experiencia misionera es imprescindible, como la que nos aporta la misión ad gentes como Pueblo de Dios”.

Acaba don Braulio agradeciendo las oraciones por su salud en la Archidiócesis de Toledo, “Rezad hermanos, os doy las gracias de todo corazón por vuestras oraciones, por todo lo que habéis rezado por mí”, añadiendo que “vamos a ser felices, porque eso es lo que el Señor nos pide”.

 

 

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