El toledano convento de san Antonio de Padua cumple 500 años de presencia religiosa femenina. Por este motivo, Mons. Francisco Cerro Chaves, Arzobispo de Toledo, ha celebrado una Misa de acción de gracias, el pasado 13 de junio.
La primigenia comunidad claustral llegan a este edificio, palacio del regidor Hernando de Ávalos, en 1525. Actualmente son 11 religiosas de la Tercera Orden Regular de Penitencia de san Francisco (TOR) las que habitan ese convento.
La Tercera Orden Franciscana fue fundada por S. Francisco en 1221 como una verdadera orden religiosa seglar, pero, ya desde el principio, el deseo de mayor perfección evangélica llevó a algunos hermanos y hermanas a optar por la vida solitaria o eremítica, y a otros, a asociarse en obras de piedad y de caridad, viviendo en común, primero libre y espontáneamente y luego, por necesidad de organización, en estructuras cada vez más estables y reglamentadas.
En 1905 las congregaciones fueron reconocidas como religiosas por la Iglesia, a condición que se agregaran a una de las ramas de la primera orden o de la tercera orden regular.
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