El escrito semanal del arzobispo de Toledo, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, está dedicado a analizar la vida de las comunidades cristianas de la actualidad y su modo de actuar en la sociedad. El Primado subraya al respecto: “Nadie duda que entre los no cristianos y los bautizados alejados, los cristianos coherentes, testigos fieles, siguen atrayendo por su manera de comportarse. Pero, creo yo, el fenómeno de una comunidad cristiana atrayente a personas sin fe, apenas se da. Sí, bautizamos a adultos, pero no se puede decir en general que la vida de los cristianos en esta sociedad plural atraiga a los alejados por nuestra manera de amarnos, por nuestro tenor de vida, por nuestro ejemplo –que existe- de no pocos cristianos admirables, que hoy siguen de cerca al Señor.”
Y matiza el prelado: “Yo, por convicción, no por ser obispo, estoy en total desacuerdo con esta postura de escepticismo que no ve más allá de lo que exteriormente acontece en la Iglesia e impide ver un horizonte más amplio.”
La acción de la gracia de Dios
Don Braulio se ha sirviéndose de un texto de San Cipriano, mártir ……. afirma: “No bastaba con sentir una atracción y tener un deseo, sino que es necesaria la acción de la gracia de Dios: lo que él experimentó, al recibir el Bautismo, no era ya el fruto de la tierra que él había cultivado, sino la acción del fuego del Espíritu Santo. Esto es lo que se nos olvida.”
La caridad, distintivo de los hijos de Dios
Mons. Rodríguez Plaza ha querido poner el acento en la caridad como distintivo insoslayable de la vida cristiana: “Si lo que nos distingue como hijos de Dios es la caridad, este amor es lo que derrama Jesús sobre la Iglesia, que puede hacer a nuestra comunidad cristiana atrayente. Y esto es lo que sigue derramando Jesús. La Iglesia no tiene su fuerza en sí misma; siempre depende del amor de Cristo y de la acción del Espíritu Santo.”
Se puede descargar el texto completo del escrito semanal en este enlace.
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