La villa extremeña de Guadalupe ha sido el escenario de la solemne concelebración eucarística que ha acogido el Real Monasterio de esta localidad cacereña y en cuyo interior se encuentra la imagen de la Patrona de Extremadura, Ntra. Sra. de Guadalupe.
La solemne Misa ha sido presidida por el Arzobispo de Toledo y Primado de España, Mons. Braulio Rodríguez Plaza; quien ha estado acompañado por los obispos de Mérida-Badajoz, Mons. Celso Morga, de Coria-Cáceres, Mons. Francisco Cerro y de Plasencia, Mons. José Luis Retana. Igualmente ha concelebrado el obispo emérito de Segovia y oriundo de Guadalupe, Mons. Ángel Rubio.
Junto a los obispos, han participado en la concelebración eucarística, los miembros de la comunidad franciscana que regenta el monasterio extremeño junto a un nutrido grupo de sacerdotes procedentes de diversas diócesis.
Fiesta de Extremadura
Mons. Rodríguez Plaza ha comenzado su homilía saludando a los obispos presentes, junto a las autoridades y todos los que participaban en esta solemnidad litúrgica. “Estamos en una fiesta tan singular y nos felicitamos con ello, porque nos permite haber llegado a la casa de la Virgen, la Reina de las Villuercas, Madre del Salvador, y celebrar cristianamente” ha subrayado el Primado.
Seguidamente, Don Braulio ha querido felicitar a todos los extremeños por la celebración de este día tan significativo: “Es fiesta en Extremadura y a ella le pedimos por sus habitantes, por sus problemas, por sus autoridades, por sus gentes de bien, que luchan por una mejor vida en esta tierra, que reivindica sus derechos y que se atienda a sus necesidades. Feliz fiesta, hermanos.”
En Santa María de Guadalupe encontramos consuelo y sosiego
Don Braulio Rodríguez ha querido insistir en la intercesión materna de la Virgen María: “Los cristianos, movidos por la Palabra inspirada de la Escritura, hemos buscado siempre la sonrisa de Nuestra Señora, esa sonrisa que los artistas desde la Edad Media han sabido representar y resaltar tan prodigiosamente como en caso de nuestra sagrada imagen, pequeña y morenita.
Este sonreír de María es para todos, pero se dirige muy especialmente a quienes sufren, para que encuentren en Ella consuelo y sosiego.”
La sonrisa de María
El Primado ha querido esbozar igualmente la ternura de Dios a través de la sonrisa de la imagen de la patrona de Extremadura: “Cuando la Virgen María da gracias a Dios nos convierte en testigos (…) Cada vez que recita el Magnificat nos hace testigos de su sonrisa. En la sonrisa que nos dirige aquí, en Guadalupe, la más destacada de todas las criaturas del Señor, se refleja nuestra dignidad que nunca abandona a quienes están enfermos, necesitados de esperanza y de acogida de madre que recibe con amor a quienes llegan cansados del camino, para encontrar paz en el corazón. Esta sonrisa de la Virgen de Guadalupe, reflejo verdadero de la ternura de Dios, es fuente de esperanza inquebrantable, hoy y el futuro Año Jubilar Guadalupense.”
Buscar a María en nuestro día a día
El Arzobispo de Toledo ha invitado a todos los participantes en la Misa de hoy a buscar a María: “Y ¿quién más íntimo que Cristo y su Santísima Madre, la Virgen Reina de la Hispanidad, la reina de Extremadura? Nadie más capaces de entendernos y apreciar la dureza de la lucha contra el mal y el sufrimiento.”
Santa María de Guadalupe, educadora del amor
Don Braulio ha concluído sus palabras ensalzando la cualidad materna de la Virgen María: “Como toda madre, y más que toda madre, María de Guadalupe es educadora del amor a tantos y tantos de sus hijos que llegan aquí, para beber en la “Fuente del amor” y para dejarse guiar hacia la única fuente de salvación, su Hijo, Jesucristo, el Salvador”. Santa María de Guadalupe, ruega por nosotros.”
Fotografías: Gentileza de Taiga Fotografía
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