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Don Braulio a los nuevos sacerdotes y diáconos: “Sed signo de que la bondad de Dios cambia el mundo”

El Arzobispo de Toledo y Primado de España, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, ha presidido en la mañana de hoy, 15 de diciembre, la solemne concelebración eucarística con motivo de las Sagradas Órdenes. La ceremonia ha tenido lugar en el Altar Mayor del Templo Primado.

Junto a Don Braulio ha concelebrado el obispo emérito de Segovia, Mons. Ángel Rubio Castro. También ha estado acompañado, en la concelebración, por los formadores de los distintos seminarios diocesanos, junto con  algunos vicarios episcopales, el cabildo primado y un nutrido grupo de sacerdotes que han acompañado a los neo-sacerdotes y nuevos diáconos.

Los seminaristas que han recibido el orden del diaconado han sido dos alumnos del Seminario de la Confraternidad de Operarios del Reino de Cristo de Olías del Rey: Ángel Andrés Gálvez Román y Enrique Sánchez Torres.

Los nuevos sacerdotes han sido cuatro y todos proceden del Seminario Mayor “San Ildefonso”: Jesús Juan Lorenzo, Alejandro Perea Medina, Eduardo Rivero Díaz-Tenorio y Alberto Rocha Escobar.

 

Los nuevos sacerdotes y diáconos junto al Arzobispo de Toledo y el obispo emérito de Segovia

 

Fiesta para la Iglesia de Toledo

Mons. Rodríguez Plaza ha comenzado sus palabras, durante la homilía, remarcando lo que supone la celebración de este sacramento: “Cuando se celebra el Sacramento del Orden Sacerdotal, como es el caso de hoy, los Diáconos y los Presbíteros que serán ordenados, sin duda, son visitados por Cristo; es más, son configurados con Cristo, el Hijo de Dios. Ellos están tal vez nerviosos, quizá emocionados y alegres, pero la alegría no es para ellos solos: es fiesta para la Iglesia de Toledo y para los Operarios del Reino de Cristo.

 

Momento de la imposición de manos a uno de los nuevos sacerdotes

 

Nada hay más contradictorio que un diácono o presbítero egoísta

El Primado ha glosado, igualmente, el significado de este tiempo litúrgico y ha subrayado el sentido profundo de la alegría: “Llamamos a este Domingo Gaudete. Todo el Adviento es una invitación a alegrarse, porque “el Señor viene”, porque viene a salvarnos, llena nuestro corazón con su presencia. La alegría que siente nuestro corazón el día de la ordenación nunca debe desaparecer de nosotros, aunque vengan días duros, difíciles: nadie nos ama más que Cristo y su Iglesia. Somos amados para amar, no para guardar nuestra vida y nuestro tesoro para nosotros solos. Nada hay más contradictorio que un diácono o un presbítero egoísta, que solo piense en sí mismo.”

 

Testimoniar la verdad de Cristo

Don Braulio, igualmente, ha invitado a los nuevos sacerdotes y diáconos a testimoniar a Cristo: “Tenéis que dar razón de vuestra esperanza, y testimoniar ante el mundo la verdad de Cristo, el único que salva y redime. Pero hace falta paciencia, oración y tenacidad, pues no es una senda fácil ser sacerdote. No penséis en triunfos mundanos. Hay que crecer en el conocimiento y en el amor de Cristo, a quien todos acogeremos en la alegría de su nacimiento como Redentor del mundo, Salvador nuestro.”

 

Los nuevos sacerdotes reciben la imposición de manos de los presbíteros concelebrantes

 

Representáis el rostro de Cristo

El Arzobispo de Toledo ha insistido a los ordenandos en la necesidad de representar a Cristo: ” Hacen falta sacerdotes porque el Señor es representado por la carne y la sangre de sus ministros. Hay, claro está, que proclamar y escuchar la Palabra de Dios, pero esa posibilidad no viene sin hombres y mujeres llenos del Señor, y presbíteros, diáconos y otros ministros que en un lugar concreto son el rostro de Cristo.”

 

Momento de la letanía de los Santos

 

La bondad de Dios cambia el mundo

El Prelado ha insistido ante los nuevos sacerdotes y diáconos en la necesidad de insistir en manifestar la Verdad ante la sociedad: “Debéis decirles a los hombres que la verdad, la bondad de Dios es lo que cambia el mundo. Esa es la respuesta de Jesús al Bautista. Ese es el signo de su presencia, que nos da certeza de que somos amados hasta el fondo, y que no somos un producto de la casualidad, sino de una voluntad de amor. “Dios está cerca”. De esta certeza vosotros, queridos ordenandos, debéis ser signo.”

Para acceder al texto completo de la homilía: pinchar aquí.

 

Fotografías: Gentileza del Seminario Mayor “San Ildefonso”

 

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