El escrito semanal del Arzobispo de Toledo, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, lleva por título “Jesús, Nuestro Contemporáneo”. En el texto del mismo, Don Braulio menciona el Mes Misionero Extraordinario y la necesidad del discipulado en Jesucristo: ” Esta experiencia es imprescindible, sin ella poco se puede hacer. ¿Cómo se llega a ella? Es parte del misterio de Dios manifestado en Cristo para cada uno de nosotros. Pero, no todo es misterio en la Revelación del Señor: hay realidades objetivas a las que la experiencia humana puede llegar.”
Contemporaneidad en la relación con Cristo
El Primado se refiere a Jesucristo de la siguiente manera: “Es una presencia, una persona que está presente en nuestro mundo. Este es un punto fundamental: Jesucristo es contemporáneo de cada uno de nosotros, puesto que, en su resurrección y en su ascensión, Jesús de Nazaret, hijo de María, ha entrado en la eternidad. Y la eternidad está presente en cada instante de nuestro tiempo; si no, no sería eternidad.”
“Carnalidad” del cuerpo de Cristo
Don Braulio insiste en la importancia de subrayar la presencia de Cristo Resucitado: “Es muy, muy importante que no perdamos de vista esta “carnalidad” del cuerpo de Cristo tras la resurrección del Señor (…) Una salvación trascendente que entrara en el mundo humano, no a través del cuerpo, sería ilusoria u obligaría al hombre a evadirse de su mundo que es el mundo creado por Dios.”
Ser misioneros y encontrarnos con Cristo
Concluye, Don Braulio, invitando a vivir la misión y contemplar a Cristo en la realidad del prójimo: “¿Cómo podríamos ser misionero si no dejamos que nos alcance la “carne” de Cristo que trae consigo la carne de los hermanos, sobre todo la de los más pobres, sobre todo porque no han conocido al Señor? Dios nos conceda esta preciosa gracia de encontrarnos con Cristo y llevarlo a los demás, los de cerca y los de lejos. La Iglesia nos necesita, sin duda.”
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