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Don Francisco Cerro a los educadores: “Sois artesanos del futuro de nuestros niños y adolescentes”

JuanF Pacheco

El escrito dominical del día 25 de octubre, del Arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro, va dedicado a abordar el curso escolar que daba comienzo el pasado mes de septiembre. Su carta semanal lleva por título: “Un curso escolar lleno de incertidumbres”.

Mons. Francisco Cerro indica que, a través de este texto semanal, quiere “trasmitir mi cercanía a todos, especialmente a todos los profesores y, por supuesto, a los que sois católicos y cuantos desde la clase de religión ayudáis a dar sentido a la actual situación de pandemia.”

Don Francisco saluda a todos los centros educativos y a los alumnos y sus familias y afirma que se trata de un curso “lleno de incertidumbres (…) al igual que los apóstoles en el mar de Galilea, pedimos al Señor que nos salve.”

 

Tres claves para afrontar este curso escolar 

Mons. Cerro apunta tres claves importantes para poder abordar este atípico curso escolar y que pueden servir de guía para los educadores.

La primera clave: “recordaros que sois artesanos del futuro de nuestros niños y adolescentes, como dijo el Papa a los educadores. Vuestro trabajo en las aulas forma intelectualmente a los estudiantes y como maestros acompañáis el crecimiento personal de los alumnos, siendo un modelo de vida para ellos y educando sus inteligencias y sus corazones.”

Don Francisco invita a todos los maestros y profesores a “no tener miedo y seguir trabajando en favor de nuestra sociedad.”

En la segunda clave, el Arzobispo de Toledo recuerda el lema del Plan Pastoral Diocesano “Vosotros sois sal de la tierra y luz del mundo”. E indica que “este lema del curso y el titulo de la carta que he dirigido a toda la diócesis es una clave muy importante para vuestro trabajo como comunidad educativa en la archidiócesis de Toledo.”

La tercera clave, en palabras de Mons. Cerro, es la esperanza: “La escuela en general, y la católica en particular, los profesores, maestros católicos y las familias, estamos como los apóstoles esperando el don del Espíritu junto a María, la madre de Jesús.”

También señala la vivencia del año jubilar guadalupense: “Aunque la pandemia nos está impidiendo peregrinar de forma masiva a la casa de la Madre, todos podemos invocar a María, esperanza nuestra, y poner en sus manos las personas que comparten las aulas con nosotros.”

Para acceder al texto íntegro de la carta dominical: pinchar aquí.

 

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