El escrito dominical del Arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro Chaves, de este último domingo del mes de julio está dedicado al tiempo estival, propicio para las vacaciones. Su carta lleva por título: “Un verano vivido con esperanza”.
El prelado subraya que el tiempo veraniego de descanso “debe convertirse en una oportunidad para que la esperanza se haga realidad” y remacha: “como una virtud teologal, como una gracia a la que nos abrimos para crecer interiormente y así poder servir mejor exteriormente”.
Tres caminos para un verano con esperanza
Mons. Cerro propone tres propuestas para este tiempo estival. La primera es una recomendación al “contacto directo con la naturaleza”. Él mismo recuerda su época infantil y de adolescente en las que “el contacto con la naturaleza, acompañado por educadores y guías espirituales, abrió mi corazón al amor de Dios”. De ahí que recomiende las oportunidades ofertadas por parroquias y otras instituciones porque “son espacios seguros para nuestros niños, adolescentes y jóvenes”.
Seguidamente, el Arzobispo de Toledo pone el acento en “el silencio y la oración” porque “son alimento para la esperanza”. En este sentido indica que sin el crecimiento interior “el descanso del cuerpo es estéril, y nuestra vida no encuentra plenitud”; es por ello que recomienda encarecidamente la práctica de los Ejercicios Espirituales “para vivir el verano desde el interior, con esperanza renovada”.
Por último, don Francisco apunta a la “convivencia familiar” como “mejor forma de pasar las vacaciones” porque son momentos que “marcan nuestras vidas profundamente”. Indica, igualmente, que se trata “de una espiritualidad cotidiana y necesaria, que hace del verano un verdadero espacio de encuentro, tanto con Dios como con los demás”.
El texto completo del escrito dominical está disponible en este enlace.
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