El escrito dominical, del 16 de noviembre, del Arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro Chaves, lleva por título “Camino de la Santidad: Obediencia y Paz”. Él mismo explica que se trata del lema pontificio de san Juan XXIII y que el fallecido cardenal don Francisco Álvarez, “destacaba como clave en su vida”.
El prelado subraya que estas palabras le ayudan “en el camino de la santidad” porque “obedecer es siempre identificarse con los sentimientos del Corazón de Cristo”. Asimismo explica que la obediencia cristiana: “nos hace vivir con tres actitudes evangélicas, partiendo siempre de que lo que agrada a Dios es acoger su plan”.
Las tres actitudes evangélicas de la Obediencia
1. Obediencia de la fe. Invita el prelado a vivir esta actitud, “cuando es tan clara la voluntad de Dios en esos momentos, en los que nos viene de la autoridad legítima y que nos ayuda vivir y a crecer en santidad”.
2. Abrir el corazón. Igualmente don Francisco exhorta a “abrir el corazón”, que se trata de compartir la propia situación “en un diálogo abierto y fraternal” para exponer los propios puntos de vista.
3. Lo que debe prevalecer. Indica Mons. Cerro la necesidad de “exponer” donde nos sentimos llamados, incidiendo en “no marcar la ruta a nadie“. Abunda esta idea de la siguiente manera: “Nunca pensé que mis superiores se tenían que amoldar a mis gustos, aunque fuesen muy altos. Siempre he comprendido que la obediencia, que prometí en mi ordenación sacerdotal, era lo que al final debe prevalecer”.
El Arzobispo de Toledo concluye su escrito dominical exhortando a vivir la obediencia porque “la experiencia sobrenatural nos dice que la obediencia nos enriquece, mientras que la desobediencia nos empobrece”.
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