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Don Francisco: “Por el impulso del Sínodo, en Adviento aprendemos a volver al amor primero”

Archidiócesis de Toledo

Mons. Francisco Cerro Chaves, Arzobispo de Toledo, se dirige a la Iglesia diocesana, en este 30 de noviembre, I domingo de Adviento, alentando y animando en la participación y desarrollo del XXVI Sínodo Diocesano: “Comenzamos este Adviento mientras nuestros grupos sinodales avanzan con ilusión, oración y escucha sincera. Es un tiempo en el que, reunidos como discípulos del Señor, buscamos juntos volver al amor primero, allí donde todo comenzó y donde siempre renace la vocación y el ardor de la misión”. Estas son las primeras palabras de la misiva del prelado.

Don Francisco recuerda que cada una de las velas que se van prendiendo en la corona de Adviento es una llamada a “levantar la mirada y a disponernos a acoger de nuevo a Aquel que nos llamó por nuestro nombre, nos congregó en su Iglesia y nos envió a evangelizar”.

 

Tres pautas para el Adviento 2025

Mons. Cerro comparte tres parámetros para vivir con intensidad y profundidad el tiempo preparatorio al nacimiento del Salvador:

1. El que vino en la historia, en la primera NavidadRecuerda el prelado que el párrafo que alude a la Encarnación en el credo que recitamos cada domingo, en la celebración eucarística, es un texto que “no envejece: sigue sien do una buena noticia que ilumina toda la historia. Jesús ha querido entrar en el tejido concreto de nuestra humanidad: una familia, un pueblo, una cultura, unas circunstancias”.

2. El que viene continuamente. Afirma don Francisco que “Cristo es el eternamente viniente, el que nunca deja de acercarse a nosotros. Enviado del Padre y animado por la fuerza del Espíritu Santo, su presencia se renueva cada día. Viene en la eucaristía, alimento para el camino, viene en cada sacramento, donde derrama su gracia, viene en la Iglesia, comunidad que peregrina unida”.

3. El que vendrá al final de los tiempos. Por último, el Arzobispo de Toledo subraya que “sostenidos por la comunión y el impulso del Sínodo, aprendemos a vivir en vigilancia confiada, a volver siempre al amor primero y a esperar su regreso”; abundando que este tiempo es “un despertar del corazón: Dios cumple sus promesas, aunque a veces parezca que tarda”.

Concluye su escrito, Mons. Cerro, invocando a la Virgen María para que “acompañe a nuestros grupos sinodales y nos enseñe a transmitir la esperanza, a vivirla, a sostenerla y a compartirla”.

El texto completo del escrito del Arzobispo de Toledo está disponible aquí.

 

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