Un centenar de peregrinos pertenecientes a 35 familias han participado, este pasado fin de semana, en la primera peregrinación diocesana de Familias a Guadalupe, organizada por la delegación diocesana de Familia y Vida.
La iniciativa ha respondido al deseo de muchas familias que peregrinaron en su juventud y que ahora quieren transmitir esta tradición de fe a sus hijos pequeños. La peregrinación familiar se ha unido a la 38ª Peregrinación de Jóvenes a Guadalupe, organizada por la Delegación de Juventud (SEPAJU).
Durante el fin de semana, las familias participaron en las Eucaristías del sábado y domingo y en la vigilia nocturna de adoración, durante la noche del 18 de octubre, presidida por el arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro Chaves, celebrada con la reliquia de san Carlo Acutis.
Bajo el lema pastoral “Volver al amor primero”, las familias toledanas se encontraron con la Virgen de Guadalupe, renovando su compromiso de fe y amor matrimonial. La delegación de Familia y Vida confía en que esta peregrinación sea el inicio de una tradición anual que ayude a fortalecer la vida familiar en torno a la fe.
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