La Catedral Primada ha acogido el pasado viernes, 2 de mayo, la misa de funeral por el eterno descanso del papa Francisco, presidida por el Arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro Chaves. Concelebraban el obispo auxiliar, Mons. Francisco César García Magán; el arzobispo emérito, Mons. Braulio Rodríguez Plaza; y también los obispos eméritos de Segovia y Albacete, Mons. Ángel Rubio Castro y Mons. Ángel Fernández Collado, respectivamente.
Además de los miembros del cabildo primado, también se unieron a esta ceremonia un nutrido grupo del presbiterio diocesano.
Participaban igualmente, distintas autoridades civiles y militares, entre las que destacaba el presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Emilio García-Page.
Mons. Cero subrayaba recordaba al papa difunto y traía a la memoria las diferentes ocasiones en las que pudo encontrarse con Francisco, en los últimos años. En este sentido exhortaba que “tenemos que vivir esa comunión con quien ha puesto el Espíritu Santo al frente de la Iglesia”.
Tres ideas de lo que ha significado el papa Francisco
El prelado glosaba al Santo Padre utilizando tres ideas de lo que ha significado este pontificado.
Primeramente, don Francisco ha repetido que ha sido un Papa “que te miraba a los ojos y te hacía sentir importante“. Y traía a colación la audiencia concedida a la Fundación “Madre de la Esperanza” en la que el Papa “fue abrazando uno por uno a todos los chicos; a todos los niños y niñas con discapacidad e intelectual, a todos y cada uno”. “Cuando estabas con él te hacía sentir que le interesaba todo lo tuyo” ha abundado el Arzobispo de Toledo.
“Era el Papa de la escucha”. Esta ha sido la segunda pauta que Mons. Cerro ha resaltado de Francisco. “No solamente te miraba, si no que te escuchaba, que es algo que necesitamos tanto hoy”.
La última de las ideas que ha querido subrayar don Francisco Cerro es la pauta, siguiendo a san Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, de “ser contemplativos en la acción“. De ahí que haya querido afirmar de Francisco: “Era el místico de la calle de la vida (…) el pastor místico en la acción“. Es por ello que ponía tanto interés en “la mística de la escucha y en acercarse a los que sufren“.
Concluía el Arzobispo de Toledo que Francisco “nunca jamás habló de la opción por los pobres porque él nunca fue rico; fue siempre pobre“. Es el hombre que “siempre quiso ser pobre, que ha vivido pobre y que ha muerto pobre”.
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