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Misa Crismal: “Pensad cuánto ansían tantas gentes oír las palabras que sólo un sacerdote puede pronunciar”

El Arzobispo de Toledo y Primado de España, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, ha presidido, en la mañana de hoy, la Misa Crismal que ha tenido lugar en el Altar Mayor de la Santa Iglesia Catedral Primada.

Junto al Primado ha concelebrado el obispo emérito de Segovia, Mons. Ángel Rubio Castro. Igualmente, han concelebrado los miembros del cabildo primado y alrededor de 300 sacerdotes de la archidiócesis.

En el transcurso de la ceremonia litúrgica, el arzobispo ha consagrado el santo crisma y bendecido el óleo de los catecúmenos y el de los enfermos.

La Misa Crismal es una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del obispo y signo de la unión estrecha de los presbíteros con él.

 

Signo del Aceite

Mons. Rodríguez Plaza ha glosado el significado del aceite en esta ceremonia litúrgica: “Así se unge a los hombres de Dios, a los profetas, a los sacerdotes y a los reyes. Ellos son “ungidos”, y eso significa algo más que el hecho de que tengan en abundancia el aceite del olivo; debe ser expresión de que el poder de la vida misma está sobre ellos.”

 

Jesús, el Ungido

Don Braulio ha ahondado en el sentido pleno de la unción de Cristo: “Jesucristo es el verdadero profeta, el verdadero sacerdote y el verdadero rey. Y por eso solo Él es propiamente el Ungido en el pleno sentido del término. Es lo que se les quedó grabado en el corazón a los primeros cristianos cuando Cristo resucitó. Fue entonces cuando el óleo demostró definitivamente su poder frente a la muerte. Era evidente que Él estaba ungido con un óleo más potente, del que el aceite de oliva sólo puede ser, por así decirlo, un signo, un mensajero. Él resucita con aquel poder de vida capaz de regenerar la corrupción, de contradecir a la muerte y de sacarlo del sepulcro como Ungido y presentarlo como vencedor en medio de la humanidad.”

 

Sacerdotes concelebrantes en la Misa Crismal

 

Unción en los sacramentos

El Primado ha recordado, igualmente, el sentido pleno de la unción en algunos sacramentos: “La unción en el Bautismo debe significar que el cristiano es ungido por el Señor para entrar en el drama de esta historia; y después del Bautismo se aplica, así como en la Confirmación y en la ordenación sacerdotal recuerda la unción de los sacerdotes, profetas y reyes. Pero ya desde la vida del Resucitado, que traspasa la esperanza de esta vida y nos abre a la vida sin fin. En realidad, esta Misa Crismal, es como una joya pascual, encerrada en la Semana Santa.”

Don Braulio ha subrayado la comunión eclesial a través de los sacramentos: “En esta catedral recibimos los santos Óleos, que después salen fuera, de modo que los sacramentos que se imparten en toda la Diócesis proceden de un único centro, apareciendo, así como fruto del sacramento de la muerte y resurrección de Jesucristo: es el fluir del santo Óleo sobre el cuerpo de toda la Iglesia.”

 

Fiesta Sacerdotal

Mons. Rodríguez Plaza ha querido señalar este día como auténticamente sacerdotal: “Este día es también la fiesta de los sacerdotes, que han convertido en tarea de su vida esta misión de llevar los santos óleos, y cuya vida entera consiste propiamente en este ir y venir desde el centro,  también el sentido que tiene cuando los sacerdotes renuevan en esta Misa las promesas de su ordenación sacerdotal.”

 

El Arzobispo de Toledo durante su homilía

 

La Iglesia no se pliega ante exigencias externas

El Arzobispo de Toledo ha puesto de manifiesto la situación actual subrayando que la Iglesia no se pliega ante exigencias que desprestigian a la persona: “No quiero ocultaros ni a vosotros, ni a los fieles que celebran con nosotros esta Misa, la situación de acoso y desprestigio que recibe la Iglesia y sus sacerdotes en estos momentos. Ella, la Iglesia, sin negar el pecado de sus hijos, es la única institución que, en nuestra cultura dominante, en estados, países y pueblos, no se pliega a las exigencias de una política social y económica del capitalismo salvaje y liberal a ultranza que descarta a tantos y olvida a los más pobres, ni tampoco ante otras visiones del mundo de signo contrario, que manejan la ideología de género, por ejemplo, que, por cierto, recuerda la rancia lucha de clases: esta vez entre mujer y hombre. La Iglesia defiende casi sola la complementariedad entre sexos, mujer y varón; que no acepta el aborto como derecho de la mujer, ni la eutanasia como forma de acabar la vida.”

 

Valor del sacerdocio y apoyo a los sacerdotes

El Primado ha concluido su homilía animando a los sacerdotes ante los desánimos y desilusiones: “Cuando a veces os vienen dudas sobre vuestra vocación, cuando dudáis de su sentido, cuando os preguntáis si socialmente es infructuosa o incluso inútil vuestra vida y presencia, pensad en este hecho: pensad cuánto ansían tantas gentes oír las palabras que sólo los labios de un sacerdote pueden pronunciar. Cuántas veces esperan que alguien pueda decirles: “Yo te absuelvo de tus pecados”, si no es un sacerdote. Saben que nadie puede decir por sí mismo: “Esto es mi Cuerpo”. Esta es mi Sangre”, “yo te absuelvo…”.

De igual manera, Don Braulio ha subrayado la importancia, por parte de las comunidades cristianas, de apoyar a los sacerdotes: “También es necesario que los sacerdotes se sientan respaldados, apoyados y cuidados por el resto del Pueblo de Dios: los fieles laicos, vosotros hermanos, y los consagrados al Señor por una vocación de especial dedicación al Señor y a su Iglesia.”

 

El texto completo de la homilía se puede descargar en PDF en este enlace.

 

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