La parroquia de San Cristóbal de Boadilla del Monte acogió una Misa en rito hispano-mozárabe el pasado 24 de enero, en la fiesta litúrgica de San Babilés, patrono de Boadilla del Monte. La celebración eucarística fue presidida por el Obispo Auxiliar de Toledo, Mons. Ángel Fernández Collado.
El templo parroquial de San Cristóbal es un edificio románico mudéjar del sigloXIII. El párroco, D. Julio Rodrigo, explica la importancia del edificio parroquial: “Pertenece a la época de la repoblación de este lugar tras la Reconquista. Se trata del edificio más antiguo de Boadilla del Monte, siendo Bien de Interés Cultural desde 1974.” Un dato curioso de la historia de esta parroquia es el siguiente: “Un párroco de esta Iglesia, don Agustín González Pisador, fue nombrado obispo auxiliar de Toledo en 1754, tras unos años sirviendo en ese arzobispado fue nombrado arzobispo de Oviedo” subraya el párroco de Boadilla del Monte.
¿Quién era San Babilés y cuál es su relación con Boadilla del Monte?
Lo explica el mismo D. Julio Rodrigo: “Según la tradición que nos ha llegado, fue un obispo oriundo del norte de España, algunos lo sitúan en Navarra. En los primeros tiempos de la invasión musulmana habría viajado hacia Toledo para animar y confortar a los cristianos que estaban siendo perseguidos. Acabada esa misión se retiraría a una ermita en Boadilla del Monte. Las familias cristianas de la zona le encomendaron sus hijos para que los educase. Las autoridades musulmanas de ese momento no vieron con buenos ojos la fama del santo y lo martirizaron en Boadilla del Monte junto con algunos de sus compañeros. Hay dudas sobre la fecha, unos lo sitúan en el siglo VIII y otros en el siglo IX, probablemente sería en esta última fecha, que es cuando hubo más mártires en las diferentes Iglesias españolas.”
Restos de una ermita medieval
En cuanto al lugar del posible martirio, D. Julio explica lo siguiente: “Hace unos años se hicieron excavaciones arqueológicas en el Cerro de San Babilés, término municipal de Boadilla, lugar de su martirio, y apareció una necrópolis visigoda, cabañas visigodas, salón comunal y los restos de una ermita construida a finales del siglo XI o principios del XII, que perduró hasta los inicios del siglo XX. Son evidencias de que esta tradición tiene una base real en lo que pudo acontecer en ese lugar, y en la veneración hacia nuestro patrón, que también es venerado en muchas otras localidades de Castilla y del norte de España.”
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