Mes Misionero Extraordinario

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Envío de dos misioneros a Moyobamba en la Clausura del Mes Misionero Extraordinario

La Catedral Primada acogía, ayer, 27 de octubre la clausura de las actividades diocesanas del Mes Misionero Extraordinario, que durante todo el mes de octubre se han realizado bajo las indicaciones y la convocatoria del Papa Francisco, con el lema “Bautizados y enviados”. Las actividades han tocado todas las dimensiones del Mes Misionero Extraordinario, como son la oración, los testimonios, la formación y la caridad – solidaridad misionera, con una gran acogida en todas las realidades diocesanas.

En el acto de clausura, que ha consistido en la celebración de la Santa Misa y el envío de los agentes de pastoral diocesanos, el Arzobispo de Toledo, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, también ha realizado el envío de dos sacerdotes misioneros, Miguel Ángel Gómez y David Sánchez, que parten en breve a la Prelatura de Moyobamba (Perú), donde desarrollarán su labor pastoral y evangelizadora.

A ellos, tanto a los dos presbíteros misioneros como al resto de agentes de pastoral misioneros, les exhortaba el prelado toledano: “David, Miguel Ángel, cuantos hoy vais a sentiros enviados por vuestro Obispo, no olvidéis que cada uno de vosotros es una misión en esta tierra, por eso pedimos para vosotros ánimo, porque tenéis que testimoniar que todos somos hijos del Padre y muchos no lo saben”.

 

 

Llevar a Jesucristo a todo el mundo

En la ceremonia el Arzobispo de Toledo ha estado acompañado del Vicario General, Francisco César García Magán, los Vicarios Episcopales de La Mancha, la Sagra y para el Clero, respectivamente Emilio Palomo, Eugenio Isabel y Álvaro García, el director diocesano de OMP, Jesús López, el delegado de Catequesis, José Zarco, miembros del Cabildo de la Santa Iglesia Catedral Primada, entre ellos el Deán, Juan Miguel Ferrer, además de sacerdotes y fieles llegados de toda la Archidiócesis toledana, comprometidos con la animación misionera y diferentes servicios a la Iglesia, como son la enseñanza, la catequesis, la religiosidad popular.

El Arzobispo de Toledo, Mons. Braulio Rodríguez Plaza, ha agradecido el trabajo de toda la Archidiócesis durante el Mes Misionero Extraordinario, destacando cómo “Dios nos ha dado una capacidad, desde el Bautismo, que es la de salir de nosotros, para llevar lo bueno, lo grande, lo maravillo de la fe, Jesucristo, a todo el mundo, a los demás”, como ha quedado de manifiesto en todas las actividades organizadas por la dirección diocesana de Obras Misionales Pontificias.

Con humildad y cariño, sabiendo que lo importante es verdaderamente ayudar, don Braulio destacaba el envío de los “dos hermanos nuestros presbíteros, David y Miguel Ángel, a que vayan a trabajar a otra Iglesia Local, a la Prelatura de Moyobamba, que están aquí para que verdaderamente se viva el Evangelio y la Palabra de Cristo”.

 

 

Agradecimiento a los Agentes de Pastoral

A los agentes de pastoral que también han sido enviados en esta clausura del Mes Misionero Extraordinario, agradecía a todos “los que trabajáis en la Iglesia y que queréis, y además pedís, que exista este envío misionero, sabiendo que lo primero que tenemos que hacer es acercarnos siempre a Dios y a los demás”. Señalaba que “estamos llamados a acercarnos a Dios en el silencio, en la oración, tomando distancia de las habladurías y los chismes, que contaminan tanto a la Iglesia y a la sociedad”, afirmando que “no olvidemos hermanos lo que siempre prevalece: Dios y nuestros hermanos”.

En el corazón del Mes Misionero Extraordinario, pedía el Arzobispo de Toledo que “preguntémonos todos, ¿qué es lo que cuenta para mí en la vida?, ¿Cuáles son las cumbres que deseo alcanzar? Cuando se sube a una montaña, no se puede subir bien si se está cargado de cosas, así es en la vida necesario aligerarse de lo que no sirve, es también el secreto de la misión, a la que nos envía la Iglesia, para partir se necesita dejar, para anunciar se necesita renunciar, el anuncio creíble no está en hermosas palabras sino en una vida buena, una vida de servicio, renunciando a muchas cosas materiales que empequeñece el corazón, que nos esclavizan, que no nos dan felicidad”.

Concluía don Braulio destacando que “la Iglesia anuncia a Dios solo si vive como discípula, al igual que los discípulos misioneros solo anuncian desde la Iglesia con otros discípulos misioneros, mostrando con la vida, con el testimonio, sin cansarnos, todo lo bueno del Evangelio”.

 

 

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