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Auto sacramental “La llamada del Rey” en la talaverana plaza del Pan

El pasado sábado, 22 de junio, en la víspera de la festividad del Corpus Christi, la talaverana Plaza del Pan acogió el estreno del auto sacramental “La llamada del Rey” programada dentro de los actos organizados por la Asociación Corpus Christi de Talavera de la Reina.

La asistencia a la representación fue muy numerosa llenando todas las butacas que se habían preparado.

La puesta en escena corrió a cargo de las alumnas de tercer curso de Primaria del Colegio Compañía de María, que representaron el auto sacramental que ha sido compuesto por una de las religiosas de la Orden de Hijas de María Nuestra Señora con motivo de las fiestas del Corpus Christi de este año 2019.

Las actrices fueron las colegialas que este año han recibido la Primera Comunión y que, tanto en los ensayos como en el estreno, “han desarrollado una faceta de interpretación asombrosa” según explican desde el propio colegio.

 

Las alumnas del Colegio “Compañia de María” durante la actuación

 

Meditación de las Dos Banderas de San Ignacio

El argumento principal para este Auto nos lo ofrece San Ignacio de Loyola en sus Ejercicios Espirituales en la famosa meditación de las dos banderas. El santo de Loyola, como buen militar y conocedor de las reglas de comportamiento de una vida caballeresca, de heroísmos y lealtades, propone la meditación, de una gran batalla entre dos caudillos, atrincherados en sendos campamentos, con sus discursos que definen muy bien lo que cada uno se propone, para que sepamos donde situarnos.

Es en verdad, la batalla de ayer y de hoy, que se concreta a la lucha entre nuestras tendencias naturales y las exigencias de una vida austera para alcanzar y mantener la salud del cuerpo y del espíritu. La bandera de Satanás y la bandera de Cristo Nuestro Señor.

 

La Plaza del Pan abarrotada de público

 

Canción poética a la Eucaristía

Los autos sacramentales tienen una estructura poética, que además en esta ocasión se vio complementada con una canción dedicada a la Eucaristía, que se canta a lo largo de los tres actos. La estrofa repite lo siguiente: “En el seno de una Virgen, no ya blanca, Inmaculada, puso su morada Dios. Y Ella, blanca y Dios tan tierno en blanco Pan se nos dio.”

 

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